Hay muchas formas de incrementar la "productividad" del profesorado, por usar un término eufemístico. A continuación voy a describir alguna triquiñuelas que gasta la picaresca gerencial de las universidades con el fin de hacer lo mismo que hacían antes pero
- Con el mismo o menos profesorado que antes
- Sin aumentarles el salario como consecuencia del aumento del trabajo
Arranque de asignaturas nuevas
Como todo el mundo que se dedica a la docencia DE VERDAD sabe, montar una asignatura nueva, que nunca se ha impartido previamente, tiene un coste REAL que suele oscilar entre el doble y el triple del coste de impartir la misma asignatura cuando ya lleva impartiéndose varios años.Una asignatura asentada presenta, tanto la metodología como el contenido estabilizado, asentado y adaptado a las características de la titulación y alumnado específico de la escuela en la que se imparte.
Es decir, que la carga de una asignatura que se mide en créditos, debería contar como el doble o el triple de su asignación real el primer año que se pone en marcha. Es decir, que, aunque el profesor tenga asignados tres créditos en una asignatura el primer año, le deberían contar entre seis y nueve, dependiendo de varios parámetros como la cantidad de profesores que imparten la asignatura o el nivel de la misma.
Es el principio de inercia de Newton. El coeficiente de rozamiento estático (lo que cuesta montar una asignatura) es siempre más alto que el dinámico (seguir dándola cuando ya lleva al menos en marcha tres o cuatro años).
En buena lógica, un foráneo de la universidad, que desconoce el funcionamiento interno REAL, podría pensar ingenuamente que, para poner en marcha una asignatura de 6c (seis créditos) el curso que viene,
- Se le asignarían al profesor encargado de su puesta en marcha, un total de 12 créditos este año con el fin de que pudiera ir preparándola a conciencia de cara a arrancar en condiciones el curso próximo. Téngase en cuenta que hay que
- Leerse muchos libros que hablen del tema, ver bibliografía y contenidos de asignaturas parecidas que se estén planteando en otras universidades (normalmente mejores que la propia), ajustar a la realidad local, a las necesidades de la carrera en la que se implanta, ver cómo casan con lo planes de estudio,...
- Plantear actividades en clase, metodologías de trabajo, prácticas, exámenes, preguntas,...
- Potencialmente incluso alguna publicación docente si el tema es muy avanzado o específico y no encuentra el contenido adecuado a la asignatura
- Preparar material docente como transparencias, contenidos web,...
- Hablar con otros profesores de la carrera para ver qué contenidos se pueden incluir y cuales no porque no proceden o porque ya se han impartido previamente,...
- Que tras la experiencia de la implantación de la asignatura en el primer año, hay que remodelar contenidos que eran demasiado elevados o complicados para el nivel del alumnado o que no tenían utilidad para su formación, cambiar metodologías que no han funcionado, reformular temas,... Esto puede llevar un coste del orden de un 50% más de trabajo que en una asignatura ya madura.
- Al tercer año, se suele hacer algún ajuste menor, pero más importante que los que se suelen hacer cuando la asignatura está madura. Eso significa que al menos, el coste de ajuste debería ser un 25% del coste de la asignatura; siendo a partir del cuarto año un coste ya constante.
Pues no. La realidad es que en junio de este curso, se te asignan los créditos de la nueva asignatura y con una repercusión en tu coste idéntica a si esa asignatura llevara cinco años impartiéndose. De ahí que el coste oculto para el profesorado de arrancar una nueva asignatura, a lo largo de los tres primero años de vida de la misma, repercuta entre tres y cuatro veces el coste real de impartirla.
Esta es la razón por la que
- Nadie quiere hacerse cargo de las nuevas asignaturas.
- Si te haces cargo de una asignatura nueva, "te la quedas" como tierra conquistada y nadie osa "quitártela"
- Cuesta mucho desprenderse de ellas por el coste de amortización que conlleva
- Es un factor de estrés y desasosiego entre el profesorado pertenecer a los nuevos planes de estudios
- Se tiende a cambiar el nombre de la nueva asignatura pero no su contenido ni metodología que se intenta rellenar con los contenidos ya existentes de otras asignaturas que ya existieran en los planes de estudios obsoletos.
- La práctica se consiente desde la dirección de las escuelas y la universidad como mal menor originado por su racanería.
- El coste de montaje, que es REAL y no figurado, se tiene que extraer durante el curso de implantación, de la dedicación a la investigación y a costa de mermar la dedicación a otras asignaturas y por lo tanto, de su calidad docente: menos preparación de las clases, exámenes de test, menos correcciones y de peor calidad por las prisas,...
- Se suele endorsar la creación de la asignatura a profesores nóveles, sin experiencia, asociados, recién llegados que se "comen el marrón" para, una vez ya montada la misma, pasársela al titular advenedizo y parásito que la vampiriza.
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