El límite de saturación docente por debajo del cual no
se renuevan contratos de profesorado Asociado pasaba, por primera vez en
más de 10 años, del 85% al 95%, lo que implicaba la no renovación de
una treintena de estas plazas a cambio de dotar a departamentos más
saturados de algunas plazas más.
Esta purga de personal non grato con carácter urgente, repentino y precipitado de la normativa que regula el límite de renovación implicara no renovaciones de profesorado asociado, especialmente tras una reciente huelga de profesorado Asociado que fue suspendida con el fin de facilitar la gestión docente y mientras se negociaba una reivindicación histórica como son los criterios de renovación de contratos (negociación que, sin embargo, quedó paralizada sine die hace más de un mes).
Aumentar la saturación máxima de cada departamento significa que el profesorado se reparte en proporción la nueva carga de forma proporcional a sus créditos asignados. Cuantos más créditos asignados tengas, aunque la proporción sea la misma que para un catedrático a 6 créditos, los profesores que están a 32 se comen 5 veces más carga docente y por lo tanto, son los que en la práctica acaban asumiendo esta sobrecarga de facto o al menos en mayor grado que los que están a 24 o 16 créditos.
El sistema maniqueo vuelve a dar otra vuelta de rosca y aumenta la velocidad de centrigufación del profesorado que vuelve a ver incrementada su carga docente de forma que se acentúan las diferencias entre buenos profesores (los que investigan y se les premia con baja docencia) y malos profesores (los que por no investigar, se les carga cada vez más de docencia para poder amortizarlos). Nos cargamos el derecho a redención y las esperanzas de una gran parte del profesorado ya que cuando caes en el agujero docente, ya nunca más vuelves a salir.
Y como de costumbre, todo a coste cero. Coste para el profesorado y cero para la Universidad que sisa plazas de asociado.
Esta purga de personal non grato con carácter urgente, repentino y precipitado de la normativa que regula el límite de renovación implicara no renovaciones de profesorado asociado, especialmente tras una reciente huelga de profesorado Asociado que fue suspendida con el fin de facilitar la gestión docente y mientras se negociaba una reivindicación histórica como son los criterios de renovación de contratos (negociación que, sin embargo, quedó paralizada sine die hace más de un mes).
Aumentar la saturación máxima de cada departamento significa que el profesorado se reparte en proporción la nueva carga de forma proporcional a sus créditos asignados. Cuantos más créditos asignados tengas, aunque la proporción sea la misma que para un catedrático a 6 créditos, los profesores que están a 32 se comen 5 veces más carga docente y por lo tanto, son los que en la práctica acaban asumiendo esta sobrecarga de facto o al menos en mayor grado que los que están a 24 o 16 créditos.
El sistema maniqueo vuelve a dar otra vuelta de rosca y aumenta la velocidad de centrigufación del profesorado que vuelve a ver incrementada su carga docente de forma que se acentúan las diferencias entre buenos profesores (los que investigan y se les premia con baja docencia) y malos profesores (los que por no investigar, se les carga cada vez más de docencia para poder amortizarlos). Nos cargamos el derecho a redención y las esperanzas de una gran parte del profesorado ya que cuando caes en el agujero docente, ya nunca más vuelves a salir.
Y como de costumbre, todo a coste cero. Coste para el profesorado y cero para la Universidad que sisa plazas de asociado.