En la UPV se salta el principio de presunción de inocencia del profesorado y bajo coartada de los jetas, que, afortunadamente, son minoría, se les utiliza como escusa para oprimir a todo el profesorado. Es el eliterrectorado y toda la deep university. Un leviatán monstruoso construido con el fin de mantener a los profesores épsilon (asociados y becarios), gammas (32c sean contratados o funcionarios) y a los betas (24c) bajo control de los alfas (<<16c), si me permiten el símil huxleyano para generar una universidad feliz en el que los de siempre mantienen sus privilegios.
En ese sentido, la institución, que siempre se ha caracterizado por su cicatería, practica la usura con sus propios profesores no como excepción sino como forma de ser y estar en el mundo, como parte de su ADN y naturaleza.
La universidad nunca paga por adelantado, sino que siempre paga a posteriori. Así, si solicitas un sexenio de investigación este año, normalmente te comunican que lo has superado en julio del año siguiente, cuando ya se ha asignado la docencia del curso siguiente.
De acuerdo con los informes de la ANECA, la cantidad de sexenios evaluados en la convocatoria de 2019, fueron 8.208 solicitudes. El 95,69% del total de tramos presentados por los funcionarios de carrera de los cuerpos docentes universitarios y de las escalas de Profesores de Investigación, Investigadores Científicos y Científicos Titulares de los OPIs (convocatoria ordinaria) fueron evaluados positivamente, siendo el porcentaje ligeramente inferior (89,94 %) en el caso de profesores con contrato permanente.
Teniendo en cuenta las últimas estadísticas publicadas en la página de transparencia de la UPV, 2780 profesores forman la plantilla de la UPV, de los cuales hay 664 profesores asociados, 82 ayudantes doctor, 193 titulares de escuela universitaria, 33 CEU, 5 profesores ayudante, 53 profesores colaboradores, 11 eméritos y 2 profesores visitantes, haciendo un total de 1043 profesores que no han pedido todavía un sexenio de investigación y no lo van a pedir probablemente en el futuro porque ya han tirado la toalla, porque no tienen posibilidad de hacerlo o porque antes tendrán que cambiar de categoría profesional para pedirlos o sencillamente porque si lo pidieran, no tendría efectos en las horas docentes que tendrían que dedicar según su contrato.
Esto hace que realmente sólo pueda pedir sexenios de investigación 1737 profesores, es decir, menos de dos tercios del total de profesores. En ellos, se encuentran 245 contratados y 477 son CU y 1015 TU que han recibido algún sexenio en el pasado y, por lo tanto, están en disposición de volver a pedirlos y serles concedido.
Si cada 6 años se tiene que renovar el sexenio, eso significa que entre CU y TU (1492), se presentan de media unos 249 sexenios al año, de los cuales sólo el 4.3% no se concederá. Es decir, que sólo entre 10 y 11 personas al año perderán el sexenio de entre el personal funcionario.
Haciendo las mismas cuentas con el personal contratado sexeniable, de los 245 contratados, se solicitarán al año no más de 40 solicitudes, de las cuales una, o tal vez dos, se pierdan. Es decir, que estamos hablando de un MÁXIMO total anual para TODA LA UNIVERSIDAD, de 13 sexenios solicitados y no concedidos.
Si tenemos en cuenta que una vez perdido el sexenio, no se puede volver a solicitar de nuevo hasta transcurridos tres años, eso significa que habrán unos 40 sexenios concedidos y no aplicados en TODA la universidad, lo cual representa un total del 1.4% de todos los profesores.
Francamente, es LAMENTABLE Y MUY TRISTE que una universidad como la UPV no sea capaz de confiar en sus profesores y asignarles el sexenio por adelantado asumiendo y confiando en la INMENSA mayoría alcanzará sus objetivos por un exiguo 1% del total del profesorado que no lo hará.
Con lo fácil que sería que la universidad marcara a aquellos profesores que no han conseguido el sexenio indicándoles que les debe un año de reducción docente y se lo apuntara en su cuenta para que en la siguiente demanda de sexenio, no se le concediera a ese profesor en concreto la reducción por anticipado por haber disfrutado ya de una. Si el profesor deudor consigue el sexenio, la reducción anterior queda cobrada por no haber disfrutado de esta, aunque se le cuente como tal y si no lo consigue de nuevo, seguiría deudor hasta que consiguiera de nuevo el sexenio.
Lo que más duele de este trato es la presunción de culpabilidad y recelo con el que se nos trata en nuestra propia institución. Luego se quejan de la falta de afecto del profesorado. No me extraña.