Tras muchos circunloquios, al final, los trileros se han vuelto a hacer con su parte del pastel. Tienen la cara muy dura. Llevan haciéndolo desde hace décadas y les ha ido funcionando bien. No se por qué ahora deberían cambiar la injusticia, máxime cuando vienen duras y se prevé más recortes. Esto sólo es un blindaje para mantener los privilegios por parte de la casta de siempre.
Somos muchos los que estamos hartos del papel que se nos asigna en contra de nuestra voluntad, así que, nuestra desafección por esta institución cada vez es más grande y, en cuanto podamos, a la primera ocasión, nos vamos: nos jubilamos con 60 y que den ellos nuestros créditos, ya que tan contentos están de permanecer aquí en tan cómoda situación.
Y el problema no es que se vayan algunos. Siempre se van los que están en peor situación. El resto, por comparación, aguantan. Pero el sistema no actúa así. Primero se van unos pocos, los early adopters. Es decir, lo que objetivamente están mejor jubilados que trabajando. En cuanto pueden, se escapan. Hay que tener mucha vocación docente o estar muy aburrido en casa para querer quedarse. La carga docente que dejan de impartir se tiene que repartir entre los que se quedan. Esto sube un poco la media de dedicación docente. Pero no se engañen, la distribución de la carga no es equitativa y, los de siempre, intentan mantener su esquema BAU, caiga quien caiga, porque para eso están en la cúspide.
Por encima de los escapados están aquellos que estaban en el límite de la escaparse, ligeramente por encima de los escapados, pero no lo había hecho todavía porque:
- Había gente que estaba en peores condiciones que ellos y, casi siempre, tomamos decisiones por comparación. Pero una parte sustancial de esta gente ya se ha ido.
- Aunque la carga docente por profesor, siendo importante, todavía se podía aguantar con las fuerzas que quedaban el curso pasado.
Sin embargo, para el siguiente curso, el reparto de la carga aumenta significativamente más porque:
- Queda menos profesorado ya que en el reparto ya no entran los fugados.
- Se incrementa la cantidad de titulaciones a impartir. Es decir, aumenta objetivamente la carga docente.
- Lo que han quedado ahora, tras la fuga, abajo de la pirámide ven incrementada su carga en relación con lo que le han aumentado a otros profesores que están más altos. Es decir, la proporción del aumento de la carga es injusta... para los que están abajo, no ciertamente para los capataces egipcios.
