miércoles, 17 de abril de 2019

Contentísimo

Quería compartir con vosotros mi enhorabuena. Estoy contentísimo. Por fin un respiro es este camino de descendimiento universitario en el que le ha salido el tiro por la culata a los amos. Es un receso momentáneo a los siervos de la globa. Hay que aprovecharlo porque pronto volveremos a descender. 

La sensación es de que acaba de reventar otro motor y eso ha dado un empuje momentáneo al avión averiado, que ha hecho, por unos instantes efímeros, remontar el vuelo ligeramente para luego caer más rápido. Pero de momento, ganamos algo de cota. Os explico:
  1. Confirmado. El complemento docente que nos daban por aplicar las metodologías docentes activas de acuerdo con lo indicado en el plan Bolonia queda abolido. De acuerdo con los estudios realizados, el coste de implementar las metodologías activas supera ampliamente (20-30%) el 10% de complemento docente que nos conceden graciosamente los amos por aplicarlas en el aula. Así que, abolido ese 10%, no tenemos la obligación de aplicar las metodologías activas y nos vamos a ahorrar entre un 10 y un 20% de trabajo en muchas de las asignaturas. Un respiro interesante para los que impartimos asignaturas de grado. Porque en los másteres, nunca llegó a aplicarse. Dicho en otras palabras, no me importa impartir un 10% más de docencia de grado al modo antiguo en lugar de impartirla con el sobrecoste moderno.
  2. Nos han quitado las escuetas décimas de crédito con las que nos estimulaban a asistir a las juntas de centro, de departamento, de comisiones docentes,... Gracias a ello, ahora ya no tendremos "penalización" por no ir a estas reuniones y por lo tanto, podremos ahorrarnos el tedio de muchas sesiones burocráticas. Otro respiro que se agradece. Quienes peor lo llevan son los que tienen cargos de gestión que van a tener que seguir haciendo lo mismo, con una sensible pérdida de reconocimiento.
  3. Han subido el mínimo docente a los capataces que, en algunos casos, pasarán a impartir casi el doble de docencia y eso hará que el resto de siervos que sólo somos útiles como carne de aula y máquinas de corregir trabajos y exámenes podamos recibir algunas migajas adicionales mientras el ERE universitario continua reduciendo implacable nuestra capacidad docente.
  4. Aplicando la estrategia de la rana hervida, este año nos han vuelto a subir un poco más el máximo docente; solamente 0.25c. En los últimos 4 años un crédito entero. Poco, pero siempre a costa del siervo.
En fin, seguimos en el camino de descendimiento ya emprendido hace muchos años, sólo que esta vez, el cierre del grifo tiene como efecto colateral el sacudirnos de una carga no reconocida pero existente que empeoraba la ecuación coste/beneficio. Gracias rectorado. Agradecemos el gesto para avanzar en la obtención del sexenio con el que poder blindarnos frente a los siguientes apretones que saqueis de la chistera el curso que viene.

martes, 2 de abril de 2019

Una vuelta de tuerca más. El chocolate del loro frío

Cuando los presupuestos están tan ajustados, comenzamos a abandonar la pobreza y a entrar en la miseria. Se hacen cada vez mayores esfuerzos para conseguir cada vez menores ganancias. Es la ley de rendimientos decrecientes. Las primeras manzanas no cuestan nada de arrancar del árbol. Para conseguir las últimas tienes que subirte a escaleras y jugarte la vida. Además, estarán seguramente picoteadas por los pájaros o pasadas por ser las últimas en ser arrancadas del árbol.
Así, en nuestra universidad hay implantado un sistema propio de gestión centralizado de todos los gastos eléctricos que permite lindezas como cambiar el ciclo de calor de todos los aires acondiionados del campus.
Recientemente lo han cambiado quitando el ciclo de calor y dejándolo en ventilación exclusivamente. Café para todos. Como era de esperar por las altas temperaturas sufridas, anormales para estas fechas, ha ocurrido el efecto péndulo y ahora vuelve a hacer frío.
¿Han vuelto a pasar al ciclo de calor?  NO. Y aquí estoy, en el despacho, con las manos frías, destemplado, con el abrigo puesto y sin poder enchufar la calefacción porque en modo ventilación, el aire que sale es frío y acabas más helado aún.
Hoy ya me he tomado un ibuprofeno porque comenzaba a sentir una punzada en un lateral de la garganta debido al enfriamiento inesperado de estar todo el día trabajando sin calefacción. Noto que la voz comienza a hacerse gruesa y espero no caer en la afonía porque sería una faena hacer que mis compañeros, que ya van muy saturados de docencia, tuvieran que dar un par de clases de una asignatura que ni imparten ni dominan. Así que si tengo que estar una semana con la boca cerrada sin poder hablar, mejor no doy las clases y ni me molesto en pedir una baja que yo mismo me recuperaré más adelante.
Luego dicen de la salud de hierro de los autónomos, que nunca caen enfermos. Comparadla con la de los profesores universitarios.
Es decir, de facto, se acaban de cargar las bajas de poca intensidad ya que es el propio profesor el que tiene que sustituirse a si mismo, con la sobrecarga de trabajo posterior que aparece cuando, al ritmo normal de docencia, se el añaden las recuperaciones y la gestión de espacios y tiempos en los que los chavales puedan asistir fuera de su horario habitual para recuperar la docencia no impartida.

Este es el chocolate del loro que se ahorran en mi universidad, a costa del malestar general de todos, los riesgos de caer enfermo y de todas las impertinencias que se traspasan a los alumnos como consecuencia de lo comentado anteriormente. Eso sí, nos pondremos la medalla verde y podremos lucir flamantes que este año hemos conseguido reducir un 0.1% más  el consumo de energía eléctrica pero sin mostrar el coste real y oculto que todo eso conlleva.