martes, 29 de diciembre de 2020

Consolidando avances

Por segundo año consecutivo, nos han eliminado de nuevo el complemento docente de incentivos. Este año duele especialmente porque coincide que es el año en el que, personalmente, ha sido el más abultado. Casi una paga extra que ha vuelto a volar por los aires.

Duele especialmente porque, además, el esfuerzo realizado durante el año ha sido abrumador con todo el tema del coronavirus. Duele porque da igual que te hayas dejado los lomos trabajando o no, que te hayas desvivido o no con los alumnos, que hayas tirado 12h de media diaria atendiendo a alumnos y gestiones de la docencia o no. Da igual. Vas a cobrar lo mismo. 

He notado a la gente casada por videoconferencia. La he visto más vieja. La pandemia ha sido utilizada para hacer caer al árbol de los profesores para a reglón seguido hacer leña con su complemento de productividad. Y esto, además, les ha venido fenomenal para retrasar el pago de los complementos retributivos por dos meses más. Y a cambio, un par de palmaditas en la espalda con la boca pequeña, departamentos cada vez más saturados, con menos docentes, con menos capacidad física para hacerse cargo de bajas, que siempre se remuneran a posteriori y siempre salen de las costillas de profesores ya de por si sobrecargados por nuevas titulaciones que no dejan de abrirse, por mayores cargas administrativas, por impartir docencia en nuevos formatos en línea, síncrona, asíncrona,...

Y mientras tanto, el año que viene, una vuelta de tuerca más: se jubilan más profesores en cuanto pueden para dejar atrás este infierno docente al tiempo que no se incorporan nuevas plazas. Las poquísimas que salen sólo sirven para promocionar a contratados que pasan a funcionarios, pero que no se sustituyen las plazas amortizadas de contratados por nuevos contratos.


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