jueves, 23 de abril de 2020

Una vuelta de tuerca más. Complementos retributivos

Parecía que no queríamos afrontarlo. Lo negábamos, intentando autoconvencernos de la evidencia que nos advertía de sus verdaderas intenciones. Pero es cierto.
Primero fue separar la joya de la corona del complemento retributivo de final de año (complemento de productividad) en diferentes aspectos: docente, gestión e investigador siguiendo la táctica de dividir para vencer. Ya no había uno, sino tres.
Los siguiente que hizo el león de consellería fue seleccionar a la presa más débil, siguiendo la pauta del felino: la parte investigadora. Duante todo el año 2019, la Consellería estuvo toreando al torito bravucón, que no bravo, de la UPV hasta que finalmente se le comenzó a ver el plumero en febrero que, tal y como lo había advertido, tenía pensado comérselo para siempre. De hecho, en diciembre de 2019, no se pagó esa parte. El resto del pasto quedó a salvo. Al menos, por el momento. 
Sabiendo la manada universitaria que el león de consellería no tiene límite en su apetito insaciable de fondos y temerosa de que acabe por devorar todo el complemento retributivo de productividad, la manada se puso de perfil y lanzó un tenue balido, sin molestar en marzo.
Porque la manada universitaria, antaño reivindicativa en su juventud democrática allápor los 70, se ha tornado ahora en vieja y asustadiza, como corresponde a su edad, cada vez más anciana y decrépita debido a los recortes y al ERE encubierto al que se le ha sometido desde hace años.
En ello que apareció el cisne negro del CoViD19 que le ha venido de perlas al León. Ciertamente el León no provocó la aparición del cisne negro para lograr sus objetivos, pero sí que ha sabido aprovechar muy bien su aparición para conducir la situación en beneficio propio:
  1. Ya no se habla del complemento por productividad. Se cerraron las bocas que habían comenzado a balar quejándose de la falta de forraje antaño disponible.
  2. Toda la atención está concentrada en la belleza trágica del cisne negro.
  3. Las consecuencias del cisne se prolongarán por mucho tiempo y los gastos originados por sus destrozos serán de tal calibre que el león tendrá la coartada perfecta no sólo para acabar de zamparse lo que ha quedado del pasto sino para reducir aún más la cuantía de los pastos alternativos: complemento retributivo de Consellería y reducción de presupuestos de investigación.
Llegados a ese punto, la situación, el itinerario (no hoja de ruta) que va a seguir la Consellería será el siguiente, 
  1. Se consolida la pérdida del componente de productividad de investigación. Se asume que los sexenios ya se encargan de eso.
  2. Se reducen los presupuestos universitarios y también los de investigación, que además priorizarán las líneas de actuación de cualquier cosa que suene a CoViD19, eso sí, con perspectiva de género. Que no falte una buena perspectiva que se enfurecen los cachorros.
  3. La reducción de presupuestos universitarios llevará a la UPV a reducir los complementos de productividad o incluso a eliminarlos dejando sólo como alternativa los complementos de la Consellería que, a su vez, también se reducirán.
  4. Llegados a este punto, la diferencia entre lo que podría llegar a pagar la universidad y la consellería, debería justificar que el exiguo complemento propio de la UPV se derive a que todos los profesores titulares que están a 32 créditos pasaran, cumpliendo el RD 898/1985 a 24.

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