En España, la unidade de medida del Sistema Métrico Decimal de la investigación es el Sexenio.
Al principio, no afectaba más que económicamente al profesor y en todo caso, a largo plazo para alguna oposición.
Una vez aceptada "la bestia" y sometido todo el PDI (Personal Docente e Investigador: profesores, becarios, contratados, investigadores a tiempo completo,...) a su dominio; su amo, el ministerio de educación, comenzó a multiplicar los mandos de ajuste: valoración de congresos, revistas, comisiones, catalogación según el nivel de internacionalización, sometimiento a métricas externas, reconocimientos, patentes,... y posteriormente a sintonizar los mandos según sus intereses.
La bestia siempre da un número (la marca de la bestia) que se impone en la frente del fiel desde el ministerio y que sirve para clasificar al profesorado. El sexenio es el anillo que representa el poder del Señor Oscuro Wert sobre los demás anillos de poder: oposiciones, concesión de proyectos de investigación, tesis doctorales,...
Este mecanismo que debería ser empleado para detectar y promocionar a los mejores científicos, tiene en realidad una agenda oculta cuyo fin no declarado es el siguiente:
- Mantener la zanahoria de la excelencia investigadora delante de los burros científicos que empujan del carro de la ciencia al tiempo que los distrae para que no se den cuenta del descendimiento científico de nuestra universidad.
- La economía, cada vez más escasa de recursos, va centrifugando a la clase media de forma que sus restos van cayendo inexorablemente bien en los ricos (los menos) bien en los pobres. Es decir, el objetivo maniqueo es acabar con la clase media científica de forma que, al final hayan unos cuantos grupos de investigación punteros bien subvencionados al tiempo que en el camino, desaparezcan el resto por inviables. A estos, además, se les echará en cara el no haber dado la talla. Y se lo creerán. Esa es la segunda intención: apaciguar a la res viva mientras se asa a fuego lento.
El impacto económico que acompaña a un sexenio es el que pretende evitar a toda costa el ministerio. Esta es la razón fundamental de la centrifugación. Esto, unido al ERE encubierto al que se está sometiendo la universidad española, hace que cada vez la carga docente por profesor universitario vaya aumentando en detrimento de su dedicación investigadora.
Con un mecanismo único de evaluación de investigación, se está eliminando de la métrica a todos los divulgadores científicos cuyo trabajo social es tan importante y que no se valora en absoluto, se está laminando a todos los docentes que publican en revistas de educación y cuyo impacto en el criterio actual es nulo, se degrada la valoración de la ciencia nacional al menospreciar revistas no indexadas españolas y congresos nacionales, se elimina la tentación de realizar publicaciones docentes tipo manuales, libros,... Por no hablar del apartado de gestión que ahora ya no vale nada.
Resumiendo, el sexenio es un mecanismo diabólico que
- Pervierte las relaciones personales entre el profesorado, de forma que transforma la estancia en la universidad en una carrera por medio de la cual se intenta verter la carga docente en el resto de compañeros.
- Polariza y clasifica al profesorado en buenos (tienen sexenio vivo) y malos (no tienen sexenio),
- Genera una sociedad clasista: clase alta tiene muchos sexenios (capataces egipcios), clase baja de esclavos docentes que sucumbe bajo los troncos sobre los que ruedan los sillares de la pirámide universitaria.
- Consagra el aforismo universitario de "Mi labor investigadora y mi carga docente"
- No valora en absoluto la labor docente dado que si cumples con los requisitos investigadoes te reducen docencia, pero si cumples con los requisitos docentes, no te la rebajan
- Genera un efecto diodo, de forma que la corriente de profesores puede pasar rápidamente de la parte positiva (sexenio activo) a la negativa (docencia completa), pero no se establece un mecanismo de vuelta equivalente.
- No existe el derecho a la redención.
- Cada vez la pendiente de caida va inclinándose más, polarizando cada vez más a la universidad.
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