sábado, 7 de junio de 2025

Medalla por chusquero

La Universitat Politècnica de València concedió la Medalla XXV Años a distintos miembros de la comunidad universitaria en reconocimiento a su dedicación a la institución. Así mismo, también se rindió un homenaje a todo el personal que ha alcanzado su jubilación en 2024.

El acto transcurrió como se esperaba, en  el salón de actos del edificio Nexus el 26 de mayo pasado a las 18.30 horas.

Me mandaron un correo para aceptar la invitación al acto y hacerse con la única foto del rector actual. Posiblemente el momento en el que más cerca estará del rector en su vida académica habitual.

Ni siquiera contesté, por educación, declinando la oferta. No merecía ni el tiempo dedicado a rechazarla. Lo siento por la persona de protocolo que tenía el encargo. Que no se lo tome como nada personal, porque no lo era. Por otro lado, tampoco esa persona me dedicó mucho tiempo a mi ya que se trataba de un correo genérico.

En los últimos 25 años de mi estancia en la UPV, tuve que dedicar durante años, gran parte de mi tiempo a la gestión. Cuando por fin la dejé, la gestión, estaba desconectado de la investigación, así que recomencé de nuevo, pero el Sr. Wert, a quien Dios guarde por muchos años, pero bien lejos de aquí, me pilló con el paso cambiado; es decir, con el sexenio de investigación muerto. La UPV se aprovechó inmediatamente de mi situación y me puso la zancadilla mandándome al pozo de la docencia durante 12 años. Me convertí en carne de aula impartiendo la docencia de 16 años en tan solo 12.

No salí de las galeras docentes hasta que cambió la ley y me pusieron de nuevo a 24c. Para entonces, mi línea de investigación ya estaba arruinada para siempre y, por lo tanto, mi vida académica. Para cuando pudiera conseguir el tercer sexenio, ya estaría en la antesala de la jubilación. Y mientras tanto, con 60 años, a 24 créditos docentes, in piedad; es decir, con la docencia cada vez más atomizada, con más carga de gestión, lo que denominan la PASificación del PDI; con un reconocimiento de tesis, tesinas y TFGs en tendencia menguante, sin un descuento por edad, sin posibilidad de jubilación parcial; con una asignación de créditos por sexenios cada vez más devaluada...

Lo siento, he perseguido durante mucho tiempo una zanahoria que siempre han conseguido atar los amos a mi lomo de asno viejo. Nada que celebrar. No voy a haceros el caldo gordo, una vez más a mi costa. No formo ya parte de vuestro paisaje y no voy bailaros el agua. Podíais haberme hecho la vida un poco más fácil y permitirme salir del agujero en el que os encargasteis de meterme. Allí es donde yo quisiera haber visto al rector. Ahora no me esperéis. No soy un colaboracionista con vuestro régimen.

Parafraseando al replicante en la escena final de la película Blade Runner, hoy os puedo decir:

"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Darles proyectos de investigación a mujeres empleando la discriminación positiva; aceptar cargos por cuatro créditos de descuento. He visto becarios brillar en la oscuridad cerca de congresos internacionales y TFGs magníficos. He sido superado por muchos de mis alumnos, lo cual les honra y yo doy gracias por haber podido ser testigo de ello. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de vivir." 

 

sábado, 3 de mayo de 2025

Amor de amo, agua en un cesto


Los peores carceleros de Auschwitz, muchas veces eran los propios judíos, haciendo realidad el dicho de que no hay peor cuña que la de la misma madera. Así, ocurre en la universidad española y en concreto en la UPV, donde todos los cargos de gestión suelen estar realizados por los propios profesores. Profesores que han sufrido las gestiones de sus compañeros anteriormente y que, tras acceder a cargos directivos internos, sufren una especie de abducción extraterrestre que les cambia la mentalidad. Una especie de conspiración basada en una Sociedad Secreta Reptiliana.

En un acto de sumisión permanente, empleando la técnica de la rana hervida, esta universidad ha ido descendiendo en la calidad de vida de sus miembros. Uno de esos detalles de descendimiento es el que me ha ocurrido recientemente. Tengo decidido que este curso que viene, me voy de la universidad. 

El curso pasado estuve dirigiendo tantos TFGs, TFMs y demás que, al final, entre reducciones simbólicas por pertenecer a comisiones y estos TFGs, conseguí reunir unos miserables 3,954 créditos, que ya les vale afinar hasta la milésima. ¡Hay que tener cuajo!. A principios de este siglo, por el mismo trabajo, podrían haberme dado perfectamente el doble.

Son créditos que no me concedieron el curso pasado, pero que yo los trabajé, adicionalmente a mi docencia e investigación. Por lo tanto, es un trabajo que se me debe y que yo quería cobrarme este año, antes de irme. Porque tengo derecho a recibir la remuneración de mi trabajo. Es un caso análogo a cubrir unos créditos de un compañero, por baja laboral y que te los devuelvan en el POD al curso siguiente.

Este curso me jubilio, así que de todos los TFGs y TFMs que he dirigido el presente curso, no me darán ni un céntimo al curso siguiente, porque todo en esta universidad se paga a toro pasado. Por si acaso. Todo ese esfuerzo se lo quedará la UPV. Gratis total. Y sin el más mínimo agradecimiento.

Trabajo gratis del esclavo al que se le considera carne de aula, antiguamente, carne de cañón. Un derecho de pernada que se cobra la universidad aprovechando que te vas y no vas a poder protestar a unos sindicatos que ya no tienen interés en representante dado que ya no trabajas.

Después de años de devaluación de la docencia en esta universidad, como despedida en el último curso, no sólo me han sisado todos los créditos de TFMs y TFGs de este año, sino que además, la dirección de mi departamento, me ha transmitido que no puedo disfrutarlos en el primer cuatrimestre del curso, que es el último que estaré en la UPV.

Siguiendo la misma pauta que los kapos judíos del particular barracón en el que se ha acabado convirtiendo mi departamento, siguiendo las directrices de los directores arios del campo de concentración de la UPV, por no se sabe qué razón ambigua, tengo que "distribuirlos" uniformemente entre los dos cuatrimestres. De forma que si a los 24c que tengo que impartir, le quito los 4c de TFGs, tengo que impartir forzosamente 20 créditos, pero distribuidos la mitad en cada cuatrimestre. Es decir, 10 en el primero y lo mismo en el segundo. Segundo cuatrimestre en el que ya estaré jubilado y que al no trabajar, no podré descontármelos. ¡Pero qué listos son!

Lo suyo sería impartir 12c en cada cuatrimestre y cobrarme los 4c de TFGs que trabajé el curso pasado, antes de irme, es decir, en el primer cuatrimestre. De esta forma sólo tendría que impartir realmente 8c en el primer cuatrimestre y dejar los 12c disponibles para mi sustituto en el segundo. No me están regalando nada. Simplemente estoy cobrando el trabajo adicional que ya realicé el curso pasado y que no me pagaron en el curso pasado. Sin tener en cuenta los que se llevarán también de este.

En el último año docente de mi vida... todavía tienen que darse a conocer por dos miserables créditos. ¡DOS CRÉDITOS! de las docenas de miles que se imparten en la universidad.

Lo que más me molesta no es sólo la avaricia de una universidad que no es capaz de tener un pequeño detalle de despedida con un profesor, sino las actitudes de determinados compañeros que la han interiorizado. Ni tan siquiera está pidiendo un favor, sino sólo recuperar simplemente lo que es suyo del año anterior y que no me pagaron en POD. Tras años de felicitaciones docentes, felicitaciones por los 25 años de permanencia en la UPV, tantas palmaditas y peloteo en la espalda... a la hora de la verdad, aquí tenéis el amor del amo: agua en cesto de mimbre.

Me molesta la actitud de mis propios compañeros de universidad que no pueden acceder a que gaste los créditos en el cuatrimestre que quiera. Pensaba que era libre, pero ahora soy consciente de que estaba estabulado en un corralito del que desconocía los límites porque nunca necesité moverme.

Me molesta que me obliguen a "distribuirlos" entre cuatrimestres obligatoriamente, no sabemos por qué extraña razón, cuando durante años, he tenido siempre los cuatrimestres con distribuciones asimétricas de clases y a nadie le pareció importarle. Es más, compañeros han acumulado docencia en un cuatrimestre con el fin de liberar otro y poder realizar estancias en universidades extranjeras. De hecho, este curso imparto docencia en el segundo cuatrimestre por un total de seis créditos y a nadie parece importarle lo más mínimo. ¿Me quieren decir que el curso que viene no puedo impartir en un cuatrimestre "sólo" ocho?

Ciertamente, no me esperaba esta jugada de la universidad, y en concreto de mis propios compañeros de departamento, pero viendo su usura durante años, viendo que siempre que puede, intentará sacarme los higadillos, no esperaba esta "caricia" el último año de mi permanencia aquí. De hecho, esto no es más que la confirmación de mis sensaciones y un acicate que me motiva a dejar este trabajo lo antes posible y con más ganas aún. Me voy con la cabeza bien alta, tirando al suelo el puñado de dólares que también pretendéis sacarme. Por un puñado de dólares.

Doy gracias por haberme dado cuenta a tiempo de que este centro de trabajos forzados no merece que yo le dedique el precioso tiempo de los mejores años de lo que me queda de vida. No se los merece. Nada me ata ya aquí.

Adiós.

viernes, 2 de mayo de 2025

Prostitución universitaria

Durante años de docencia universitaria, hemos ido viendo cómo se cumplía inexorablemente el destino anunciado en el mismo nombre de este blog: University Peak. Es decir, un camino de descendimiento en el que las cosas, van cambiando paulatinamente de una manera inexorable y siempre a peor porque nuestro motor económico y personal está cada vez está más agotado, queda menos combustible porque los presupuestos son cada vez más magros, los sueldos más bajos en relación al IPC aunque sean mayores en números absolutos y porque estamos en una pendiente inclinada de una crisis económica que no nos abandona nunca por diversos motivos ideológicos, de corrupción, crisis energética... 

En estas condiciones ambientales, hemos ido observando en los años precedentes una devaluación de la docencia en la que cada vez reconocen menos créditos para actividades académicas no directamente docentes como dirigir TFGs, TFMs o tesis doctorales, En el caso concreto de los TFGs/TFMs, hemos pasado de que nos asignaran un crédito por trabajo dirigido a la mitad, meido crédito por trabajo. En el caso de las tesis doctorales, hemos pasado de 6c asignados a lo largo de tres años consecutivos en forma de 3+2+1 a sólo la mitad y durante dos años, 2+1.

La pertenencia a órganos de gestión, está cada vez peor pagada. Los beneficios por sexenios de investigación... ridículos y los que estamos siempre por debajo del límite de corte, no hacemos más que correr hasta la extenuación detrás de una zanahoria a la que nunca se alcanza a paladear y cada vez está más magra.

Cada vez tienes que impartir más docencia por el mismo precio. A finales del milenio pasado, se impartían 21c como máximo. Y como había holgura, raro era el docente al que se los asignaban. Y ya nos quejábamos de la cantidad de docencia a impartir. Y eso que las asignaturas, muchas veces eran anuales, de forma que era normal encontrar profesores que sólo impartían docencia en una única asignatura. Por ejemplo, si tenías una asignatura de 9c anuales e impartías docencia a dos grupos, eso sumaba 18c. Algún descuento de holgura y algún TFG/TFM completaban el paisaje. Hoy partimos de un máximo de 24 que incremente de facto nuestra productividad en un 15% respecto de la situación que vivíamos no hace ni 20 años.

Si a eso le sumamos que normalmente había un único examen parcial para el primer cuatrimestre y otro al segundo con un final y una repesca junto con alguna práctica... la evaluación era muy poco costosa.

Hoy, rara es la asignatura que tenga más de 4.5c o 6c y que todos estén asignados al mismo departamento. La docencia está muy atomizada.

Pero además, se ha producido lo que se denomina la PASificación del PDI, que consiste en que el Personal Docente y de Investigación (PDI) cada vez más, tiene que ir asumiendo tareas propias del Personal de Administración y Servicios (PAS). Pero es que además, estas gestiones pasan actualmente por una gestión electrónica cada vez más sofisticada en la que además, se elude la formación al profesorado.  El coste de aprendizaje de estas herramientas informáticas y de gestión en línea, somo suele ser la norma en esta universidad, es siempre a coste cero: cero para la universidad, coste para ti. 

Como se puede ver, todo un itinerario de manual de uso de la técnica de control social denominada de la rana hervida. Dicen que es por las restricciones presupuestarias. Es mentira. Es por la relación sado-masoquista en la que ha ido derivando todo este entramado PDI-Rectorado. Es una relación sádica en la que los directivos de la universidad se ensañan con sus propios trabajadores que acaban interiorizando la culpa de la situación que se les impone en una actitud pasiva masoquista.

Sí, es verdad, existen restricciones objetivas presupuestarias, que hacen que estemos con una saturación docente superior al 100%, pero esto es así porque existe un complemento retributivo a final de año que puede llegar a significar el 10% del sueldo de todo el año. Si todo ese "complemento" se invirtiera en contratar a nuevos profesores, posiblemente, estaríamos al 90%, eso sí, cobrando un 90% del sueldo que cobramos actualmente. Como nos interesa seguir cobrando ese complemento anual, nos callamos y dejamos que sigan abusando los señoritos feudales, que siguen cobrándose su derecho de pernada en un acto de prostitución universitaria en el que las prostitutas consentimos en el abuso; aceptamos la relación asimétrica de violencia; en un trabajo que cada vez nos gusta menos; porque al final, recogemos el puñado de billetes con el que nos compensan por los servicios prestados.

Dice el refranero español que mal de muchos, consuelo de todos. En nuestro pecado llevamos nuestra penitencia.

 

 

 

 

 

 

lunes, 20 de enero de 2025

Miedo blandito. Convicciones frágiles

Recientemente he recibido un correo interno de uno de los sindicatos verticales del régimen muy afín al partido único que gobierna España que se expresa en estos términos:çç

Las universidades abandonan X

Después de las declaraciones del CEO de la compañia apoyando a la extrema derecha alemana, son muchas las personas y organizaciones que, progresivamente, se han ido alejando de Twitter.

Universidades de todo el mundo están abandonando la red.

En nuestro contexto, la CRUE ya ha tomado esta decisión, y este mismo fin de semana también lo ha hecho la UJI. La UPV todavía no ha hecho ningún paso en esta dirección.

Quizás pesa el contexto electoral de la UPV para tomar esta decisión... Aun así, esta cuestión no tendría que ir de cálculos electorales, sino de mostrar una condena firme contra la desinformación.

Esta deriva antidemocrática, junto con el escaso control sobre la veracidad y la calidad de la información, así como una gestión falta de ética, son motivos más que suficientes para rechazar esta plataforma.

De momento, puedes encontrar la cuenta de la sección d’STEPV a la UPV a Bluesky:

Comentario

Yo siempre pensé que a la mentira se le combate con la verdad, a la desinfomación con infomación. Dar la espalda a la mentira da pie a pensar que es una verdad a la que no se le puede rebatir y ante la incapacidad de una contrargumentación, se responde con una negación que en el fondo acaba denunciando al negador.

Por otro lado, retirarse el torero de la arena evita que se pueda entrenar frente a otros toros mayores que vendrán después. Porque recordemos que ningún mar en calma hizo a ningún marinero experto.

La libertad consiste en poder confrontar ideas desde el respeto a las personas, no a las ideologías, ni a las ideas.

Me parece que esta propuesta denuncia una actitud acomplejada, a la par que una rabieta infantil, que denuncia la existencia de un sesgo ideológico intolerante.

Si yo fuera el rector de esta universidad, no dejaría que cuatro ideólogos condicionaran mi política de comunicación y no sólo mantendría mi presencia en esta red, sino que además la ampliará a otras

 

lunes, 13 de enero de 2025

Me voy

La universidad en la que trabajo, ha dejado de ser lo que era cuando entré en ella el milenio pasado. Se ha transformado en una empresa en la que ya sólo se gestiona la miseria y en la que los que están arriba harán todo lo posible por que yo siga en el barro que ellos no quieren pisar.

Gente que no conozco, y que no deseo conocer, decidió por mi que, lo mejor para mi, era que en doce años impartiera la docencia que actualmente imparto en 16. Sin derecho a la redención, sin perdón, sin esperanza y sin otro futuro que convertirme en carne de aula hasta el final de mi vida profesional.

Llegado al límite del horizonte profesional al que me han abocado y viendo que no me dejan otra salida que seguir siendo lo mismo, he perdido el interés por el trabajo que realizo. Ya me resulta pesado y poco gratificante. Y tras la plandemia, la dana. Veremos lo que viene después.

Tengo muchos proyectos que me gustaría desarrollar y que, hoy por hoy, no pasan por la universidad, ni podré desarrollar si me sigo quedando aquí.

Llevo muchos meses pensando en el tema. Finalmente tomé la decisión de jubilarme. No ha sido fácil la decisión. Me voy. Estoy harto. Considero que mis aportaciones a la humanidad serán mucho más productivas en otros entornos que hoy me resultan mucho más estimulantes y gratificantes.

Cerraré, desde fuera, algunas aportaciones que se me han quedado en el tintero. Desde dentro no me dejan. Ese será mi legado final científico.

Me jubilo, no me retiro, porque me voy contento; con júbilo, con la sensación del deber cumplido, a pesar del sistema. Me siento esperanzado por primera vez en muchos años. He recuperado las ganas de tener otras actividades.

De repente, he vuelto a tomar conciencia de puertas que nunca estuvieron cerradas y de que puedo volver a empujarlas. No sólo no estaban cerradas sino que además, hacía mucho tiempo que había olvidado que seguían existiendo. Sus cerraduras nunca estuvieron giradas y sus bisagras siguen en su sitio y aceitadas. Siempre estuvieron esperándome. Fui yo quien las abandoné. Quiero volver a abrirlas antes de irme definitivamente a donde todos volveremos a encontrarnos.

Y quiero hacerlo ahora, porque los mejores años de lo que me queda de vida en la tierra serán los 60, no los 70. Es ahora o no será nunca. Es ahora la ventana de oportunidad. Es ahora el momento. Dice el refranero español que "El dinero y los cojones, para las ocasiones". Es el carpe diem de un tempus que fugit.

Hoy soy yo quien tiene la sartén por el mango y voy a utilizarlo. Hoy soy más dueño de mi destino. Mis caballos están preparados e inquietos. Mi armadura brillante. Amanece un nuevo día. Me voy.

lunes, 16 de diciembre de 2024

Trabajos Finales de Grado sin directores ni tribunales

A los Trabajos Finales de Grado o de Máster del universo se unirá pronto el final de los profesores que los dirigen. 

Por un crédito de docencia, tengo la obligación de impartir diez horas de clase. Eso significa que, asumiendo en el mejor de los casos que no modifico el contenido de la materia desde hace años y que domino la asignatura, necesito al menos otras diez horas para recordar lo que tenía preparado del año pasado, verificar si tengo hiperenlaces a rotos, corregir siempre alguna errata que salta en el momento más inoportuno...

Paralelamente tengo que preparar exámenes, pasarlos a los alumnos, corregirlos, poner notas, burocracia de Poliformat, corregir prácticas, atender consultas, tutorías... todo eso lleva otras 10 horas adicionales, como mínimo. Es decir, que por cada crédito docente que imparto, tengo que dedicarle al menos 30h de trabajo, como mínimo. Si a eso le sumas que tu asignatura, por ser técnica, se actualiza periódicamente cada cierto tiempo o que te toque impartir una nueva asignatura en planes de estudio nuevos o cualquier otra situación, la cantidad de horas se puede elevar considerablemente. 

Sólo preparar las diapos de una asignatura nueva, te puede costar un par de semanas por crédito impartido. Una asignatura pequeña de 4.5c, te puede llevar dos meses de trabajo dedicado en exclusiva a esa materia.

Si tu docencia se reparte entre varias ERTs, puede darse la circunstancia que en una misma convocatoria, te caigan cuatro tribunales sin proponérselo, a razón de cuatro  o cinco TFGs o TFMs por tribunal. Es decir, que te puedes encontrar entre 16 y 20 TFGs y TFMs a evaluar en una misma convocatoria. Ya se preocupa la universidad de que las escuelas no tengan ningún mecanismo para detectar la sobrecarga de cada profesor que imparte docencia en su dominio. Así que el profesor, además de poner en marcha el curso en septiembre, además de impartir la docencia que le toque, mientras baila una sardana, tiene que leerse, evaluar y participar en tantos tribunales como deseen arbitrariamente los responsables de las ERT.

No se valora el trabajo que supone la dirección de los TFTs, ni la participación en los tribunales de defensa de estos. O tal vez sí que se sepa, pero da igual porque, al final, el mensaje que se transmite desde el rectorado es que la calidad docente es un concepto vago e intangible que difícilmente se puede objetivar y, por lo tanto, dedíquenle la menor cantidad de tiempo posible.

miércoles, 10 de julio de 2024

Ciencia sesgada

Un grupo de investigadores denuncia el sesgo ideológico de los evaluadores de los proyectos de investigación que se envían al ministerio de Ciencia.

Otro episodio absolutamente lamentable y, a la vez, coherente con lo que todos intuimos que está pasando. Hay un nuevo credo acientífico que está impregnándolo todo, extendiéndose por áreas que no le corresponde. Esta neoligión, como religión que es, tiene una vocación totalitarista dispuesta a invadir todos los aspectos de nuestra vida; no sólo la pública, entre la que se incluye la vida profesional, sino que esta invasión, todavía externa, es sólo el preludio de una colonización interior, que es el objetivo final del nuevo dios estado.