miércoles, 6 de febrero de 2019

Cambio en la gobernanza de la universidad

Con unos presupuestos cada vez más exiguos, aumenta la presión para incrementar la saturación docente de los profesores, cada vez menos numerosos. Esto  lleva a concentrar los grupos y masificarlos, al tiempo que la carga por docente se incrementa y las holguras docentes para asumir cargos de gestión en la universidad se reducen.

Esto balancea la ecuación coste/beneficio hasta una situación en la que no es rentable realizar gestiones en la universidad, de forma que el profesorado está muchísimo más interesado en obtener un sexenio y eliminar carga docente que en realizar cualquier tipo de gestión.

Esta situación insostenible puede derivar en dos direcciones: que se produzca una inflación del pago por cargo en forma de créditos de holgura, cosa difícil teniendo en cuenta la apretura de los presupuestos o que al quedarse los cargos vacantes y ante la ingobernabilidad de la universidad, se tenga que contratar profesionales de gestión externos, Preferiblemente puestos a dedo por el gobierno de turno.

Esto traerá consigo un cambio en la gobernanza de la universidad y, al estar dirigida por personal externo, se cambiará su naturaleza, misión y valores, haciéndolos más utilitarista y acercándolos a las academias para mayores en las que se han convertido en muchas ocasiones las universidades privadas en España. Dado que unos gestores de calidad capaces de dirigir la universidad cuestan caros y el objetivo es reducir gastos, sólo se podrá pagar a los peores o inexpertos ávidos de hacer curricula rápidamente y saltar a donde se les reconozcan más. Por lo tanto, tendremos gestores no universitarios inexpertos o mediocres que dirigirán a investigadores y docentes sin haber investigado ni impartido una clase en su vida. La zorra cuidando a las gallinas.

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