Se reduce el presupuesto de investigación a la mitad, se reduce la parte de inversión en I+D no financiera y encima, se echa en cara a la universidad no realizar investigación de calidad.
De acuerdo con esto, se aumenta la docencia a los profesores que no
llegan a un mínimo subjetivo y cada vez más exigente. Así cada vez
tenemos menos personas con tiempo para dedicarlo a la investigación y
por ello, menos presupuesto porque no va a haber nadie capaz de
solicitarlo y menos aún de cumplir con los objetivos exigidos.
Si a eso
se le une la competencia cada vez más exacerbada entre grupos de
investigación por unos recursos cada vez más magros, vamos abocados a
crear grupos de investigación que se alzarán como los tuertos en el país
de los ciegos. Esto confirmará aún más la mediocridad de los resultados
de investigación obtenidos y nos alejará aún más de los rankings
internacionales, motivación esta para la cual se ha montado todo este follón. La profecía autocumplida.
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